27 febrero 2010

Mhz

Si pudiera encontrar a esas personas...



Lo primero que hay que mencionar sobre Mhz es el estilo de su animación, que llama la atención desde el primer segundo. Aunque lo parezca este cambio no es una decisión arbitraria. El sonido de las interferencias y el detallado estilo de dibujo le dan un toque irreal a todo lo que ocurre. Un toque cargante, dando la impresión de que lo que sucede en este capítulo es parte de un mal sueño, de una realidad distorsionada. Y en cierto modo lo es, pues Mhz es el anuncio de la llegada de uno de los más extraños e importantes personajes de la serie: Radar Man.

En unos pocos capítulos veremos como la sensación de irrealidad aumenta considerablemente, y nos plantearemos una pregunta: ¿es realmente una distorsión de la realidad lo que ven los personajes? No es fácil distinguir entre realidad y ficción, no solo para ellos, sino también para nosotros. Pero no adelantemos acontecimientos, pues Mhz es un preludio a todo lo que va a ocurrir, un anuncio de lo que significa y lo que representa el chico del bate.


Tras la tormenta


Nada más empezar el capítulo vemos a Tsukiko Sagi tendida en el suelo, todavía recuperándose del golpe que recibió en el capítulo anterior. A su lado Ikari y Maniwa están sentados, absortos en sus pensamientos. Mientras vemos sus caras reflexivas entra en la sala otro hombre, que les informa de que alguien ha sido hospitalizado en un hospital del norte, tras ser atacado al parecer por un chico con un bate metálico. Efectivamente, está hablando de Taeko Hirukawa.

Sorprendentemente ni Ikari ni Maniwa se inmutan, no se levantan rápidamente para ir al hospital a descubrir lo que ha ocurrido, a buscar mas pistas sobre el chico del bate. En lugar de eso Ikari hace un simple movimiento de cabeza para mirar a Maniwa, y un poco después sale andando de la sala lentamente. Los policías están cansados, hartos de perseguir a un chico del bate invisible. Tras los descubrimientos de Intranquilidad por el Golpe Directo y el misterioso segundo ataque a Tsukiko parecen haber perdido las fuerzas. Ya no tienen energía para seguir persiguiendo a un fantasma.




Después de la escena con Tsukiko vemos por primera vez al misterioso hombre de los aparatos de radio. Este personaje aparecerá a lo largo de todo el capítulo rodeado de cables, radios, micrófonos… y no descubriremos su significado hasta el final del capítulo, pues al igual que en Intranquilidad por el Golpe Directo oculta un secreto. En esta primera escena le oímos “hablar” a través de su micrófono, pero las palabras están tan distorsionadas que prácticamente no se entiende nada. Mientras escuchamos las interferencias la cámara enfoca a su pantalla, y leemos el título del capítulo: Mhz.

Tras este paréntesis regresamos con los policías. Como ya he dicho todas estas escenas tienen un toque extraño: la iluminación es tan fuerte que todo tiene pinta de ser un extraño sueño y los personajes parecen más desconectados de la realidad que nunca. En seguida vemos a Maniwa hablando con Tsukiko, que ya se ha recuperado, en la misma sala del principio. Tsukiko como siempre parece estar en su mundo mientras Maniwa le pregunta como se encuentra. Pero pronto comienza a hablar, y dice algo que deja sorprendido a Maniwa: “Estuvo aquí…el Chico del Bate”. Mientras, Maromi mira hacia abajo como avergonzada, o tal vez intentando evitar la conversación.

Tras la escena vemos a Ikari, que ya ha llegado al hospital donde está ingresada Taeko. La escena es extraña, ya que tanto Taeko como su padre sonríen de una forma que hace pensar que no están en este mundo. Sus caras reflejan tranquilidad, armonía…Hirukawa parece haber encontrado una paz absoluta, parece feliz, y da la impresión de que podría estar allí sentado al lado de su hija para siempre. Taeko por su lado parece estar en el mismo estado, el cual contrasta totalmente con como se encontraba durante la tormenta del capítulo anterior. Tal es la paz que reflejan sus rostros, que su expresión roza la locura, parecen haber sido despojados de todo aquello que les atormentaba, y haber obtenido una auténtica paz interior. Entonces nos preguntamos: ¿puede que en un solo golpe el chico del bate haya salvado a dos personas? Pues sabemos que, aunque el chico del bate no llegó a atacar a Hirukawa, este también se encontraba terriblemente atormentado por lo que le había hecho a Taeko. Mientras reflexionamos sobre todas estas cuestiones, aparece Maniwa en la puerta.




Los dos policías deciden salir fuera de la habitación para hablar sobre el caso. Ikari cree que el ataque a Tsukiko es otra farsa preparada por esta, y que tal vez el ataque a Taeko haya sido perpetrado por otro imitador como Makoto. Maniwa le sigue la corriente, pero por su expresión sabemos que no opina como su jefe. Es la primera señal de cansancio de Maniwa: no tiene fuerzas para oponerse a Ikari, pues ni siquiera tiene claro qué pensar. Ikari por su parte también muestra su cansancio. No siente la más mínima curiosidad por el ataque a Taeko, más bien intenta esquivar pensar en ello, argumentando que el ataque se ha producido fuera de su jurisdicción. Su interés por el chico del bate prácticamente ha desaparecido, más que un misterio el caso se ha convertido en una molestia con la que quiere acabar cuanto antes.

Mientras Ikari se marcha del hospital, vemos como Maniwa se levanta y se da cuenta de algo: el anciano está enfrente de él mirándose en un espejo, pero Maniwa solo puede verle la cara y su reflejo, pues el resto lo ve rojo. En seguida parpadea y todo vuelve a la normalidad, el fondo rojo desaparece. Este es el segundo indicio del cansancio de Maniwa, y el primero que nos revela que está más afectado por el caso del chico del bate de lo que parecía. ¿Qué le está ocurriendo a Maniwa? ¿A que se ha debido esta alucinación?

Pero no acaban aquí sus desvaríos; las alucinaciones se vuelven aun mas extrañas cuando en la siguiente escena vemos las caras de dos ancianos idénticos, que van desapareciendo lentamente para dejar paso a la cara de Maniwa. Esta última escena, aunque parece absurda, establece una relación entre el sabio y Maniwa, pues vemos como lentamente sus ojos se funden con los del sabio. Ya vimos una escena parecida anteriormente (protagonizada por Tsukiko y Maromi) y en esta el significado es el mismo: a partir de ahora Maniwa empezará a ver a través de los ojos del sabio, empezará a ver lo que solo el sabio podía ver


Interferencias


Cuando todavía estamos reflexionando sobre las alucinaciones del pobre Maniwa, vemos que hemos regresado a la comisaría, donde Ikari interroga por enésima vez a Makoto. Ikari parece extrañamente tranquilo, y mientras golpetea con los dedos en la mesa, vemos su paquete de tabaco, de la marca “Esperanza”. Después de todo puede que Ikari no se hubiera rendido, todavía conserva algo de esperanza en atrapar al chico del bate, puede que tenga un as en la manga. En unos segundos vemos que así es: consigue engañar a Makoto para que se contradiga, pues confiesa ser el autor del ataque a Tsukiko Sagi, e Ikari sabe que este ataque no fue mas que una invención de la propia Tsukiko, por lo que es imposible que fuera perpetrado por Makoto.




La mentira de Makoto, si bien había sido descubierta hacia mucho, ha salido claramente a la luz, y este se da cuenta. Aún así Makoto no se rinde, y vuelve a asegurar que él es un guerrero sagrado, a lo que Ikari responde lanzándolo contra la pared. Al parecer su aparente tranquilidad no era mas que eso, una apariencia, Ikari está más cansado que nunca del juego de Makoto. Mientras todo esto ocurre, Maniwa parece observar la escena, pero su mirada realmente está perdida.

Después del interrogatorio vemos de nuevo al misterioso hombre de los aparatos de radio, que esta vez parece estar hablando a través de un micrófono. Una escena curiosa tiene lugar mientras oímos de fondo los zumbidos de las interferencias: uno a uno van pasando los personajes de Paranoia Agent, mientras de fondo vemos el animal que representan (la relación con los animales ya se nos insinuaba en “El guerrero sagrado”). Pero lo realmente sorprendente es la voz que habla de fondo: tranquilamente nos va explicando cual es la relación entre todas las víctimas. Al fin ha llegado la escena que desvela de forma directa las motivaciones del chico del bate. Ya no hay trampa ni cartón, no hay pistas ni mensajes ocultos, se nos dice directamente la razón de que la gente esté siendo atacada, al fin recibimos un mensaje directo. Todos huían de algo, todos tenían algo que les atormentaba, todos se encontraban al límite justo antes de ser atacados. Y todos se encontraban tranquilos tras el ataque, como liberados de los problemas que antes les atormentaban. ¿Es posible que sea todo esto que se nos presenta lo que el hombre de las radios está descubriendo? ¿Puede que todas esas voces, de la gente explicando sus problemas, puedan ser captadas con unos “simples” aparatos de radio? ¿Esta el hombre de los aparatos loco, o realmente es capaz de captar los pensamientos de la gente? ¿Ha descubierto este hombre la verdadera motivación del chico del bate? Parece que, poco a poco, nos acercamos hacia la verdad.

Volviendo a los policías y como ya imaginábamos, Maniwa no acepta realmente la versión de su jefe, y ha decidido salir a entrevistar a las víctimas del chico del bate. Según la teoría que explicó en el capítulo anterior, todos tenían un grave problema antes de ser atacados, y está intentando descubrir si realmente es así. La primera persona a la que decide preguntar es a Harumi Chono, pues por su apariencia no hay nada que indique que estaba bajo algún tipo de presión, que le pasaba algo antes de que fuera atacada por el chico del bate. Maniwa le pregunta a Harumi si algo le preocupaba antes de que se produjera el ataque, a lo que Harumi calla. Efectivamente, tenía algún problema.




Pero lo más interesante de esta conversación ocurre posiblemente al principio, cuando Maniwa le anuncia a Harumi que Makoto ha confesado, pero acaba la frase con un “sin embargo…”. Este “sin embargo” se refiere a que Makoto no ha confesado todos los ataques, sino solo dos de ellos: el de Hirukawa y el de Ushiyama. Aunque va por buen camino, Maniwa todavía no ha conseguido alcanzar una conclusión en relación a Makoto ¿es esta vez su confesión verdadera? ¿sigue mintiendo? ¿atacó solo a esas dos personas o a todos? ¿o a ninguna? Para aclarar sus ideas decide interrogar también a Ushiyama: si realmente le atacó Makoto y no el chico del bate, Ushiyama no debería tener ningún problema grave antes de ser atacado. Y, efectivamente, la entrevista con el chico le confirma esto mismo: Ushi no tenía ningún problema ni estaba bajo ningún tipo de presión antes de que se produjera el ataque.


El truco de magia


En seguida Maniwa decide contarle sus conclusiones a su jefe durante una comida: cree que Makoto dice la verdad, y que solo atacó a Hirukawa y a Ushiyama. Por tanto, debe haber alguien que ha estado atacando al resto de la gente, y Maniwa cree saber la conexión entre las víctimas. Uno a uno le va a explicando a Ikari los problemas que tenían: Tsukiko estaba nerviosa porque tenía que entregar el diseño de un nuevo peluche, el detective estaba preocupado porque el hijo del anciano quería que le pagara una indemnización, Ichi estaba siendo acosado en la escuela, y Harumi tenía algún tipo de problema que no quiso desvelarle a Maniwa.

Para nuestra sorpresa Ikari reacciona tranquilamente a la explicación de su compañero. De nuevo, vemos el desgaste mental que todos los personajes están sufriendo. Hace un par de capítulos, ante un anuncio como el que Maniwa le ha hecho a Ikari, este le habría tratado de loco. Pero esta vez se limita a decir lo que todos habíamos estado pensando hasta hace poco: supongamos que Maniwa esta en lo cierto, ¿qué clase de hombre cuerdo podría admitir que existe una persona, capaz de encontrar a todos aquellos con problemas y atacarles? Ikari al fin se ha dado cuenta de que la explicación de Maniwa está muy próxima a ser la más plausible, lo cual quiere decir que su investigación no va por muy buen camino. La intuición de la que antes disfrutaba ha abandonado a Ikari, igual que ya no tiene más cerillas con el símbolo del “antiguo imperio” los tiempos han cambiado, y se ha quedado sin ideas para explicar todo lo que está ocurriendo. Probablemente la explicación de Maniwa le ha parecido incluso posible, lo cual puede significar que el también esta cayendo en la locura. Por tanto ya no quiere darle más vueltas al asunto, simplemente quiere cerrar el caso y descansar, aunque eso implique cerrarlo sin haber descubierto la verdad.




Tras la reflexión de Ikari y justo antes de terminar la comida, vemos como Maniwa vuelve a tener una de sus alucinaciones: al abrir dos huevos crudos y dejarlos caer sobre un tazón queda sorprendido por algo. El hecho de ver los dos huevos juntos, idénticos, le hace reflexionar sobre algo de manera repentina. Tiene una idea en mente, pero no consigue darle forma. Se queda mirando fijamente a los dos huevos que reposan en el bol, mientras imágenes de Taeko Hirukawa atraviesan su mente. Esta a punto de descubrir algo ¿pero qué?, ¿conseguirá dar forma a esa idea? En poco tiempo lo veremos.

Después de la comida de los dos policías, regresamos otra vez a la comisaría, y el protagonista es Makoto de nuevo. Como he mencionado, Ikari solo está pensando en cerrar el caso, y para desesperación de Makoto sigue insistiendo en que este confiese ser el autor de todos los ataques. Este interrogatorio es más importante de lo que parece, por la forma en la que se presenta a Makoto. Como ya vimos antes, el chico se ha rendido y ha dejado de pretender que es un guerrero sagrado, debido a que Ikari le sometió a una presión excesiva. Pero aunque ha confesado, Ikari sigue tratándolo igual de mal, presionándole de la misma forma que antes, para que confiese algo que no ha hecho. Y vemos que Makoto esta en las ultimas: cuando van a recogerle a la celda su cara es de autentico terror.

Pero lo más sorprendente de este interrogatorio es sin duda el final. Mientras Maniwa esta inmerso en una de sus reflexiones, escucha entre interferencias la voz del guerrero sagrado. Al parecer Maniwa ha accedido a ese misterioso mundo al que solo había entrado el hombre de las radios, al sitio donde puede escuchar los pensamientos de Makoto, el mundo donde se encuentra la verdad sobre el chico del bate. Otra cosa más llama nuestra atención: el guerrero sagrado está moribundo y prácticamente no puede tenerse en pie mientras habla con Maniwa. Este hecho refleja perfectamente el estado de frustración y miedo de Makoto, pues psicológicamente está herido de muerte. El verdadero estado de Makoto se nos muestra claramente en el extraño mundo de las interferencias.




Tras escuchar la petición de Makoto vemos como Maniwa comienza a alucinar de nuevo, y aparece sentado al lado del sabio. Aunque la mayoría de este “sueño” es demasiado extraño como para poder encontrarle el sentido, si se puede sacar algo en claro. En un momento determinado Maniwa está sentado entre el público de una obra, y el sabio se encuentra en el escenario, disfrazado como un mago. Es entonces cuando empieza a enseñar sus trucos de magia. De repente, atraviesa una pared sin ningún esfuerzo. No solo eso, sino que tras recitar un extraño hechizo, se divide en dos personas exactamente iguales.

Aunque para nosotros esto no tiene ningún sentido Maniwa parece haber descubierto algo terrible. Al fin ha conseguido atrapar la idea que había estado flotando en su cabeza desde la comida con su jefe, la idea que los dos huevos idénticos habían originado, y que ha recordado al ver a los dos sabios idénticos. Además, al final del sueño aparece su cabeza entre las cabezas de cientos de sabios. Esta escena es lo que completa el descubrimiento de Maniwa, que nos será desvelado en unos instantes. De momento, al igual que Maniwa lo estaba al principio, nosotros nos encontramos totalmente desconcertados.


Makoto


Tras la alucinación Maniwa decide definitivamente ir a hablar con el sabio. Pero realmente no lo necesita, ya que el sabio le ha descubierto la verdad en el extraño sueño de hace un momento. No se nos muestra la conversación con el anciano, pero lo siguiente que vemos es a Maniwa hablando con el padre de Taeko Hirukawa. Muy hábilmente le pregunta si su hija tenía algún tipo de problema antes de que fuera atacada por el chico del bate. Ni siquiera se preocupa en preguntarle al padre de Taeko si él mismo tenía algún problema antes de ser atacado, pues ya está mas que convencido de que el ataque al padre de Taeko fue responsabilidad de Makoto. Y, para su satisfacción, el padre de Taeko parece caer en la cuenta de algo y se horroriza tremendamente: está recordando todo lo que le ha hecho a su hija, y no puede soportar siquiera el pensarlo. Maniwa ve así confirmadas sus sospechas de que Taeko tenía un problema, pero no solo eso, sino que confirma su otra sospecha, la que todavía no se nos ha desvelado.

Y llega al fin la revelación de Maniwa: mientras su jefe está en la oficina, entra exaltado y le explica la verdad sobre el chico del bate. Al comprobar el teléfono de Taeko, Maniwa se dio cuenta de que la llamada que mantenía con su padre se cortó exactamente en el mismo momento en el que Tsukiko cayó al suelo en la comisaría. Es decir, ambas fueron atacadas al mismo tiempo por el chico del bate, estando en lugares completamente distintos. El chico del bate por tanto es capaz de estar en varios sitios a la vez, es capaz, como hacia el sabio en su sueño, de duplicarse las veces que sea necesario.

También, como el sabio anunciaba, es capaz de atravesar las paredes y cualquier obstáculo físico, de ahí que pudiera atacar a Tsukiko en una sala completamente cerrada. El chico del bate está allí donde le necesitan, y si cien personas le llamaran a la vez, sería capaz de hacer cien replicas de si mismo y estar en cien sitios distintos al mismo tiempo. La exaltación de Maniwa se debe a que ha encontrado al fin algo mas o menos consistente (las llamadas en el móvil de Taeko) que apoya su teoría. Ya no parece todo tan difuso, ya no parecen todo elucubraciones de un loco, tiene una prueba.




Sin embargo Ikari no comparte esta opinión, aunque tampoco se le puede culpar ya que Maniwa realmente parece un lunático cuando explica todo lo que ha descubierto. Ikari, preocupado por su estado mental, le ofrece unas vacaciones: su obsesión por el caso ha llegado demasiado lejos. Maniwa no puede creer que después de tanto esfuerzo su jefe vaya a apartarle del caso, por lo que no se rinde, y tras volver a su casa comienza a buscar una forma de convencer a Ikari de que lo que ha dicho es verdad. Y que mejor forma de hacerlo que predecir el nuevo ataque del chico del bate, encontrando a una persona que se encuentre atrapada por sus problemas y no pueda resistir más. Pero ¿cómo puede Maniwa encontrarla? En unos segundos se da cuenta de que la persona a la que busca ha estado delante de sus narices todo el capítulo: Makoto. Su desesperación ha ido en aumento según Ikari le interrogaba en diferentes ocasiones, hasta el punto de que posiblemente esté al borde de sus fuerzas (muestra de ello es la aparición del guerrero sagrado en un estado deplorable en el anterior interrogatorio)…es justo la persona que Maniwa está buscando.

En seguida Maniwa llama a Ikari para pedirle que confíe una ultima vez en el, y le pide que se reúnan en la comisaría. Ikari sorprendentemente accede a su petición, a pesar de que ir a la comisaría a esas horas de la noche implica romper algún que otro protocolo. Aunque creemos que ya estamos curados contra todo tipo de sorpresas, la entrada en la comisaría posiblemente sea una de las escenas más desconcertantes y macabras de todo el capítulo.

Ikari y Maniwa entran en la zona de las celdas, pistola en mano, esperando encontrarse con el chico del bate en cualquier momento. De repente, al acceder a uno de los pasillos, se encuentran de frente con él. Pero hay algo extraño en el chico, su indumentaria es exactamente igual a la que llevaba Makoto cuando fue detenido, pero hay algo distinto: su bate esta cubierto de sangre. Maniwa corre detrás de él pero el chico del bate desaparece delante de sus narices atravesando una pared. Ikari le sigue, pero no llega a alcanzar a Maniwa, pues se queda parado frente a la celda de Makoto, observando lo que hay dentro. Maniwa, extrañado, se acerca a la celda y observa el interior. En seguida se da cuenta de lo que ha hecho que su jefe se detuviera en seco: sobre un charco de sangre yace el cuerpo sin vida de Makoto.




La muerte de Makoto es sin duda el momento más impactante del capítulo, y provoca un curioso efecto en el espectador. Hasta el momento el ideal que teníamos del chico del bate se acercaba más al de un héroe que al de un delincuente, pues era capaz de ayudar a la gente (aunque de una forma cuestionable), de liberarla de sus problemas. Casi esperábamos su aparición con ansia después de todo un capítulo viendo sufrir a alguno de los protagonistas. Sin embargo con el asesinato de Makoto parece haber cruzado la línea, ya no es tan bueno como nos lo imaginábamos, ¿qué clase de forma de liberar a Makoto es esa? Aunque al principio resulta impactante, en el siguiente episodio descubriremos la razón: la única solución posible al problema de Makoto era la muerte.


Radar Man


La siguiente escena al descubrimiento del cuerpo de Makoto se remonta ya al día siguiente: la investigación se ha cerrado, pues el principal sospechoso, se ha “suicidado”. Además, por permitir que esto ocurriera, tanto Maniwa como Ikari han sido despedidos: el chico del bate al final les ha vencido. Pero Maniwa ha volcado demasiado esfuerzo en la investigación, y se acerca cada vez más a la locura. Le vemos todavía buscando a la gente acorralada mientras anda por la calle. Sus pensamientos ya se entremezclan continuamente con las interferencias allí donde va y, mientras reflexiona sobre el chico del bate, las escucha. Es difícil no pensar que está más cerca del puro delirio que de la razón, algo en lo que nos reafirmaremos en poco tiempo.

En las escenas que se suceden vemos como Maniwa anda por la calle, obsesionado por encontrar a otra de esas personas acorraladas, para demostrarle a la gente que el chico del bate es real. De repente se da cuenta de que él es una de esas personas, y al darse la vuelta ve como el chico del bate se acerca hacia él, dispuesto a golpearle. Y justo cuando el bate metálico le golpea se despierta sobresaltado en su apartamento. Este ataque es otra de esas cosas sobre las que queda cierta duda ¿estaba Maniwa simplemente soñando? ¿o tal vez el auténtico chico del bate apareció en su sueño? Si es así, ¿por qué se ha despertado en lugar de perder la consciencia, como les pasó al resto de víctimas?




No son cuestiones muy relevantes, ya que lo más importante está por llegar: Maniwa se levanta del sillón y se dirige lentamente hacia una puerta que está al otro lado del salón. Al abrirla, parece que durante unos segundos una expresión de sorpresa aparece en su cara: la habitación esta llena de micrófonos y aparatos de radio; es la habitación que llevamos viendo durante todo el capítulo. Pero vemos que su sorpresa no dura mucho. Maniwa se acerca a una silla, se sienta, y comienza a contar sus descubrimientos a través del micrófono. Efectivamente, el loco de las radios no es otro que Maniwa. Su aparente pérdida de cordura no se ha producido justo al final de este capítulo, sino que lleva latente desde que el episodio empezó. Posiblemente comenzó mucho antes (montar una habitación así costará su tiempo), incluso se puede pensar que se originó al inicio de la serie.

Este es otro duro golpe para el espectador. Tras la desidealización del chico del bate producida por la muerte de Makoto, nos muestran como Maniwa, uno de los personajes de la serie por el que tanta simpatía sentíamos, ha perdido completamente la cabeza. La persona en la que confiábamos para atrapar al chico del bate por lo brillante de algunas de sus deducciones, no es más que un loco que habla a través de una radio, esperando comunicarse con dios sabe quien. Pero, de nuevo, nos falta información. Aunque nunca llegaremos a quitarnos la espina de ver a Maniwa reducido a lo que es en Mhz, si se nos revelará según se acerque el final de la serie que habíamos juzgado demasiado pronto. Las apariencias engañan, y puede que todo lo que Maniwa ha montado no sea fruto de la mente de un loco, ni sea tan inútil como parece.

Y finaliza el capítulo con las ya no tan enigmáticas palabras de Maniwa sobre el chico del bate, sobre todo lo que ha encontrado. Maniwa retransmite sus descubrimientos al misterioso mundo de las interferencias, al mundo donde es capaz de comunicarse con el guerrero sagrado, donde es capaz de hablar con el sabio. Maniwa sabe la verdad, y por ello en nuestra cabeza queda resonando su última frase: “¡El chico del bate aún está en algún sitio!”





Sueño premonitorio


Pero no acaba todo con el final del episodio. Por primera vez las palabras del sabio en el “sueño premonitorio” tienen un significado claro:

“Al principio el guerrero sagrado es el único capaz de seguirle la pista al monstruo que se presenta”

Con esto posiblemente se refiera a Makoto. Como ya dije en El Camino de un Hombre, Makoto es un personaje enigmático, pues aunque parece un simple imitador del chico del bate, también parece saber cosas que otros no saben. Su aparición como guerrero sagrado en Mhz da a entender eso, además de que su indumentaria es exactamente igual a la del chico del bate. Si realmente sabe más o no de lo que parece nunca lo sabremos, debido a su prematura muerte.

“Los pasos errantes de la gaviota, la cebra y la avispa invernal se desplazan sin proyectar su sombra. En la animación de una montaña de árboles muertos, parecen reunidos alrededor de un brasero. ¿Por qué estarán graznando los cuervos?”

Esta frase es un guiño al final (y alguna escena intermedia) del siguiente episodio, cuyos protagonistas son llamados por sus motes: gaviota, cebra y avispa. Por el momento no diré que significa, aunque para los que ya lo habéis visto no será difícil establecer la relación.

Y ahora si, acaba el análisis de este fantástico episodio llamado Mhz. Es sin duda el más largo que he hecho, algo que ya imaginaba desde el principio, pues Mhz es posiblemente el capítulo más cargado de detalles de toda la serie. Casi cada escena esconde algo, algún detalle que nos acerca a la verdad, a lo que ocurrirá en los episodios finales. Es también el capitulo donde los protagonistas se ven enfrentados por primera vez al auténtico poder del chico del bate, el capítulo a raíz del cual la forma de pensar de los protagonistas cambia radicalmente.

Es además el episodio anterior al parón de tres capítulos que vendrá a continuación, ya que después de tanta sobrecarga de información, nuestro cerebro necesita relajarse. Por tanto (como ya ocurrió tras el guerrero sagrado) todos los que estén impacientes por saber como continúa la historia tendrán que saltar directamente al capítulo 11. Pero esto no es nada recomendable, pues el que para mi es uno de los tres mejores episodios de toda la serie viene a continuación.




Próximamente: Los planes de la familia feliz

5 comentarios:

  1. Genial análisis. Insuperable. Un placer volver a leer una entrada en Paranoia Seires. No comparto el entusiasmo por el capítulo de Los planes de la familia feliz, pero seguro que leyendo el próximo análisis lograré ver ángulos del argumento que antes no pillé.

    Sobre MHz, el final me dejó descolocado. Como dices, es un duro golpe ver como el personaje con el que más nos identificábamos, por su afán de lograr la verdad, se nos muestra muy distante de lo que pensábamos: casi como un loco. Ahora tocan 3 capítulos de "parón" como dices, alguno de ellos un poco prescindible, pero siempre dejan algún detalle digno de comentar.

    Un saludo.

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  2. Muchas gracias por el comentario! :) La verdad es que esta entrada me costó un tiempo hacerla, porque sabía que iba a ser larga y no quería ponerme para dejarla a medias. Aunque no es de mis capítulos preferidos, tiene tantas cosas que es imposible no extenderse xD

    Coincido en que los tres capítulos de relleno son excesivos, a mi me llegó a resultar molesto el hecho de tener que esperar tanto para que la historia siguiera (de hecho estoy pensando en fusionar las entradas de Maromi dormitando y ETC, dependiendo de como de largas queden).

    El capítulo de la familia feliz es uno de los que mas me gusta, porque a parte de ser bastante "macabro" en su planteamiento, tiene tambien bastantes detalles (aunque están relacionados con el propio capítulo, no con la serie en si), además de tener la escena del metro, una de las mejores de la serie xD Pero entiendo que forma parte del relleno, y que puede gustar o no gustar a partes iguales, porque es bastante distinto a todos los anteriores.

    Aprovecho para decir que me emocioné un poco en navidad y no pensé friamente. Ahora mismo estoy muy liado (y acaba de empezar el cuatrimestre), y según avancen los días lo estaré mas, porque tengo que sacarme 6 asignaturas y ponerme a hacer papeleo para una beca. Por eso me temo que me será casi imposible escribir otra entrada prácticamente hasta Julio. Lo siento de veras porque justo el capítulo de la familia feliz es uno de los que mas me apetecia analizar, pero el tiempo se me va de las manos a pasos agigantados, y tardo bastante en escribir cada entrada, asi que he tenido que establecer prioridades. Si encontrara un hueco antes del final del cuatrimestre intentaría poner algo, pero casi seguramente que mas que aparecer huecos, me falten. Lo siento de nuevo, pero segundo y tercero son dos malos años para decidirse a escribir un blog xD

    Saludos! :)

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  3. Excelente analisis...Por cierto no te preocupes hya prioridades...la verdad es que no me esperaba lo de la muerte de Makoto, pero bueno...Lo que se viene va a ser barbaro, el capitulo de Los Planes de la Familia Feliz es uno de los mejores...tomate tu tiempo...y suerte en tus proyectos...

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  4. hola realizas comentarios realmente interesantes
    con muchos datos y cosas ha tener en cuenta pero
    no comparto tu aficion por el chico del bate
    veo que en tus comentarios lo apoyas como un heroe

    no lo es por que es una manera que tienen las personas de evadirse de la realidad que al final como se ve al final de la serie acaba volviendo y maromi el perro que creo la diseñadora (al igual que creo al chico del bate) es lo mismo un muñeco que
    les evade de la realidad de forma mas suave

    por eso al final de la serie cuando se agotan
    las existencias de maromi aparece el gran caos negro que ahoga la ciudad de tokio

    por ultimo creo que makoto se parece al chico del bate original por que al fin de al cabo es una creacion de todos un poco y por eso tiene la forma de su imitador

    un saludo

    y cuidate sigue con el blog

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  5. Que conste que no le apoyo como a un heroe, sino que mas bien digo la opinion que iba teniendo de el segun avanzaba la serie. Al final como bien comentas se ve claramente que mas que arreglar las cosas, lo que hace es posponerlas, pero bueno todo a su debido tiempo :)

    Gracias por el comentario!

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