27 julio 2010

ETC

¡A su servicio!



ETC es el segundo capítulo de relleno que nos encontramos en Paranoia Agent. A diferencia del anterior, su historia no es nada fuera de lo normal: una serie de relatos cortos en los que aparece el chico del bate, todos ellos imaginarios. No es un mal capítulo, pero se siente bastante por debajo del listón que por lo general colocan el resto de episodios de esta magnífica serie.


Repercusiones


El propio título del capítulo nos da una idea de lo que se nos va a presentar. El autor parece querer decirnos que nos ha estado contando las principales historias sobre el chico del bate: la investigación, los ataques...todas aquellas historias que son especialmente relevantes. Pero por supuesto, estas historias no son las únicas. El chico del bate ha tenido repercusión, directa e indirectamente, sobre toda la sociedad. Ha aparecido en la televisión y en los periodicos, todo el mundo le conoce y todo el mundo ha hecho alguna conjetura sobre el, le ha odiado, le ha apoyado, o ha esperado encontrárselo en algún momento. Satoshi Kon parece querer decirnos: “He aquí un ejemplo de la repercusión indirecta del chico del bate, aquella que ha alcanzado a todas y cada una de las personas de Japón. He aquí el etcétera”.

El episodio comienza con cuatro mujeres, charlando animadamente cerca de un edificio. Pronto vemos que el tema de conversación es, como no, el chico del bate. Una de las mujeres comienza a referirse a “aquello que pasó”, un incidente desconocido para nosotros, y del que al parecer es culpable el chico del bate. Dos de las mujeres parecen saber a que incidente se refiere, pero la cuarta, una chica joven, no esta segura de estar entendiéndola, por lo que pregunta si se está refiriendo al ataque que hace poco, sufrió el cliente de una pensión.




Cabe hacer un apunte en este instante, y es que este es el único momento del capítulo en el que se dice algo cierto del chico del bate. Como pronto veremos, ninguna de las historias que contarán las mujeres tiene ningún sentido, y aunque parecen basarse en hechos que han ocurrido (asesinatos y suicidios reales) probablemente todas las apariciones del chico del bate en estas historias sean inventadas.

Las historias por tanto no son mas que adaptaciones de sucesos reales a los ataques del chico del bate, e incluso encontraremos alguna que ni siquiera tendrá una base real. Por su parte la chica joven, intentando integrarse en el grupo, pronto comenzará a inventar también absurdas historias. Sin embargo su primer comentario si hace referencia a un hecho real: el cliente de la pensión del que habla, es el hombre que fue atacado durante el capítulo “Los planes de la familia feliz”, el hombre al que golpeó el chico del bate antes de encontrarse con los tres protagonistas.


Distorsiones


Para desgracia de la joven, las tres mujeres no se están refiriendo al incidente de la pensión, sino a un hecho bastante mas absurdo ocurrido en ese mismo edificio. La que parece la mas mayor de todas comienza a contar la triste historia del suicidio de un joven estudiante. Al parecer el chico no era muy listo, pero ponía un esfuerzo increíble en sus estudios, algo que queda reflejado en la pinta que tiene su habitación: todo lleno de libros y apuntes, algunos incluso pegados en las paredes y en el techo (no podemos evitar fijarnos en que si esto fuera una historia real, el chico sería un buen candidato para ser visitado por el chico del bate). Su habitación da una idea de la paranoia y el estrés que el pobre trae encima, impresión que se ve acrecentada por el aspecto de agotamiento que tiene.

Mientras el chico estudia en su particular cuartel general, su madre le llama para la cena. Justo en ese momento, el chico nota como algo se le cae del oído. Horrorizado, descubre que lo que ha caído no es ni más ni menos que una fórmula que acababa de aprenderse. Pero la desgracia de este chico no ha hecho más que comenzar: el día del examen comienza a estornudar y a echar todas las fórmulas por la nariz. El chico intenta, sin resultado, ir al baño a “comerse” las fórmulas de nuevo, pero debido a su estrés pronto recibe la visita de nuestro buen amigo el chico del bate. La historia culmina con un baño completamente inundado de fórmulas, mientras el chico se derrumba en el suelo, inconsciente, y sobre su frente cae la palabra “bate”. Como anuncié al principio, un relato un tanto increíble, incluso para lo que nos tiene acostumbrados esta serie.




Una vez acabada esta primera historia, otra de las mujeres parece recordar otro hecho relacionado con el chico del bate. Esta vez es el terrible asesinato de una suegra a manos de una joven (su nuera). Comenzamos a escuchar la historia de estas dos mujeres, que al parecer vivían juntas con el marido de la joven. El temperamento de la suegra poco a poco fue haciendo mella en la joven, hasta que las dos acabaron por no soportarse la una a la otra y estuvieron a punto de “matarse” (la chica amenazando con un machacador a la suegra, que se protege con un plato).

Suponemos que este seguramente sería en la historia real, el momento del asesinato, ya que por la cara de loca que pone la joven se ve que no le faltan ganas de mandar a su suegra al otro barrio. Sin embargo y como ya esperábamos, no hay asesinato que valga en la historia que está contando la mujer, y en su lugar el chico del bate llama a la puerta del piso, dispuesto a liberar a la suegra.

Algo curioso de este desenlace, es que las propias mujeres reconocen que no tiene sentido que el chico del bate libere a la suegra y no a la joven, pues la que realmente estaba acorralada era esta última. Esto también nos indica que la extraña teoría de Maniwa ha pasado al dominio público: de alguna forma todo el mundo sospecha que el chico del bate solo ataca a la gente acorralada, y que no es un atacante en serie cualquiera. Cómo la gente normal ha llegado a esa conclusión no queda muy claro, aunque suponemos que es debido a que los rumores se propagan rápido, y podría estar relacionado con el hecho de que Maniwa contara sus descubrimientos a través de un chat, o con las experiencias vividas y contadas por Ichi o Harumi.

Tras estas dos historias la chica joven del grupo de marujas decide aventurarse, y contar una historia que según ella le contó a su vez una amiga. La historia trata sobre una mujer que decide hacerse un tratamiento de fecundación artificial en una clínica, pero las enfermeras encargadas de llevarlo a cabo se confunden, y le implantan un óvulo que no es el suyo. El médico intenta ocultarlo, pero el estrés le puede, y un día mientras le realiza una ecografía a la mujer recibe la visita del chico del bate...que le está esperando en el útero de su paciente.




Sorprendentemente parece ser que esta historia es demasiado surrealista para las marujas, por lo que increpan a la joven, mientras nosotros todavía nos preguntamos cual de las historias es mas absurda, si la del estudiante o la que acaba de contar. Para mayor ridículo de la chica, las otras mujeres le echan en cara que no sepa contar buenas historias, siendo su marido guionista.


The last leaf


Pero la conversación sigue, y sin hacer mucho caso de la frustración de la joven, la única mujer que todavía no ha contado una historia se pone a ello: esta vez el tema es el amor. En cuanto empieza la narración vemos que la animación ha cambiado para adecuarse mas a la temática de la historia, y que los protagonistas cuentan con esos inconfundibles ojos multicolores tan típicos del anime. Este nuevo tipo de animación, y el tono en el que hablan los personajes, nos hace pensar mas en una parodia de las historias de amor que en una historia de amor en si (algo que se confirmará cuando veamos el final).

Volviendo al relato, este nos cuenta como una joven enferma conoce al amor de su vida poco antes de morir. La chica tiene al parecer una enfermedad incurable, y le asegura a su enamorado que morirá cuando caiga la última hoja de una enredadera que ve a través de su ventana. El chico se niega a dejarla marchar, y una noche se sube a una escalera y comienza a pintar una hoja en la pared, para que siempre quede una sin caer. Sin embargo cuando acaba de pintar la hoja (ya de madrugada), se da cuenta de que el chico del bate acaba de matar a su amada, y del susto el mismo cae de la escalera y muere.

A las marujas esta historia les parece fantástica (como no), pero la joven, todavía molesta por lo que ha pasado con su historia, les pregunta si no les ha parecido un poco extraña. Las marujas por supuesto ponen cara de pocos amigos, pero la verdad es que no le falta razón a la joven. La historia que acabamos de oír ni siquiera esta basada en un hecho real, sino en un cuento del escritor estadounidense O. Henry, llamado “The Last Leaf” (“La última hoja”).




Esta historia nos muestra perfectamente uno de los temas principales del capítulo: la distorsión de la realidad, es decir, cuanto puede cambiar una historia cuando es contada por una persona u otra. E incluso, como algunas historias (como en este caso) pueden surgir de la nada y propagarse a través del boca a boca como si fueran reales (quien sabe si fue la mujer la que inventó la historia, o si algún amigo se la había contado anteriormente).

De vuelta con el capítulo, la joven es ignorada y las marujas siguen con sus chismes. La siguiente historia trata sobre un jugador de baseball presionado por sus compañeros para que lance la bola en distintas direcciones, y que se acaba encontrado con que el próximo bateador es el chico del bate. A esta le sigue una historia sobre un vecino de ese bloque, que al parecer fue convencido por el chico del bate para que comiera, con lo que pasó de tener una figura atlética a estar bastante gordo. Tras estas dos muestras de la originalidad de las mujeres (estas si que deberían ser guionistas), la joven decide intentarlo de nuevo con otra historia.

Esta vez habla de un náufrago que se encuentra en una isla desierta (la típica mini isla con una sola palmera de los náufragos). El hombre está desesperado porque lleva muchos días en la isla, y quiere algo de comer. De repente al mirar hacia el mar ve algo parecido a un periscopio, pero al fijarse mejor se da cuenta de que es la punta de un bate metálico. Las marujas ni siquiera dejan que la historia termine, pues empiezan a chillarle a la joven porque no se creen ni la mitad de lo que está diciendo.

La joven, ya desesperada, intenta contar otras dos historias (micro historias mas bien). Cabe mencionar la segunda porque resulta bastante graciosa, a pesar de su corta duración. Esta nos sitúa en una estación de lanzamiento de cohetes, en la que varios técnicos ven como uno de los cohetes que acaban de lanzar explota en el aire. En ese momento aparece el chico del bate ante ellos, que al ver que tiene trabajo para rato, se presenta diciendo: “¡A su servicio!”.





¡¿Cómo te ha pegado?!


Ni siquiera sabemos si esta historia triunfa o no (aunque suponemos que no), ya que lo siguiente que vemos es a la chica cabizbaja andando hacia su casa. La pobre ha tenido un día bastante duro, marcado por otro de los temas principales del capítulo: la exclusión social. La chica se ha esforzado por integrarse en el grupo de marujas de su edificio, pero estas solo la han tratado con desprecio y se han reído de ella, algo que la ha afectado bastante (ya veremos cuánto realmente al final del capítulo). El tema de la exclusión social sin embargo no es nuevo, y ya fue tratado en “Los patines dorados” y volverá a aparecer, de manera también bastante intensa, en “Maromi Dormitando”.

Aunque la tiene cara de que el día para ella ya ha terminado, a la protagonista todavía le espera una gran sorpresa en su apartamento. Nada mas entrar se encuentra a su marido (el guionista) tirado en el suelo ensangrentado, el cual le pide que llame a una ambulancia ya que ha sido atacado por el chico del bate. La chica, lejos de preocuparse por el y hacer la llamada, comienza a zarandearle, pidiéndole que le cuente todos los detalles del ataque.

Esta escena a mi entender, es bastante exagerada, y es la parte que menos me gustó del capitulo. La chica esta ansiosa por tener una buena historia que contar, y así poder impresionar al resto de marujas, pero para hacer lo que hace ella al final no solo hay que estar ansioso, sino también un poco mal de la olla. Es cierto que ha sufrido bastante a lo largo del día, pero su reacción, en mi opinión, es bastante desmesurada (¿deja de importarle la vida de su marido para poder impresionar a las marujas del edificio?).




En cualquier caso, la chica pronto descubrirá que la historia que quiere que su marido le cuente le va a servir para unas cuantas tertulias con las otras mujeres: todos los compañeros de trabajo del guionista están a punto de ser atacados por el chico del bate. Lo que no sabe es que éste va a recibir, como ya ocurrió con el caso de Makoto, algo de...“ayuda”.

Próximamente: Maromi Dormitando

3 comentarios:

  1. La verdad a mí me impactó bastante el final de este capi. Por muy absurdo que parezca, a veces así de deseperado se puede llegar a sentir uno por ser aceptado en la sociedad. Te olvidas de tu salud, del bienestar de tus seres queridos... sólo te lanzas a conseguir la aceptación que quieres a como dé lugar.

    Me gusta el hecho de que esta serie trata de problemas cotidianos que podrían parecer insignificantes, pero precisamente porque a todos nos ha pasado algo parecido, es que resulta un poco aterrador.

    Creo que este capi en particular refleja lo intimidante y macabra que puede ser la naturaleza humana.

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  2. ¿que significa la chica disfrazada de conejo con un globo? que sale de repente en la escena cuando estan hablando las mujeres?????? un abrazo

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  3. No mas es una chica ramdom, a esta altura de la serie, ya deberías estar acostumbrado a eso.

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